Como cada año, recojo los datos resultantes de peso de los pacientes que acuden a consulta con el objetivo de aprender a comer y llevar una alimentación sana. El período navideño es, para mi entender, la época del año más difícil para el control de la alimentación y llevar una dieta equilibrada por la multitud de ocasiones en las que se come fuera, con amigos, familiares y ocio variado que comprimimos en varias semanas en las que es más complicado ser “correcto”.

Sin embargo, y dada la situación sanitaria en las que nos encontramos, todas esas veces en las que podemos excedernos se han visto disminuidas o han sido casi inexistentes en muchos de vosotros. Ha sido una navidad “diferente”.

Desde mi punto de vista, es la primera navidad desde hace muchos años en la que hemos tenido la oportunidad de ver lo que realmente importaba en Navidad: LA COMPAÑÍA, y no tanto la comida y esos platos abundantes, con exceso de todo, que nos servían para celebrar y que llevaban horas a los nuestros a preparar para tener unas ¿navidades provechosas?

Es la primera vez, en los años que llevo dedicándome al asesoramiento nutricional, en la que no ha habido cenas de empresa, borracheras y justificaciones. Pero, paradójicamente, sí ha ocurrido casi lo mismo que el año pasado. SE HA SUBIDO PESO. Bastante. ¿Por qué? Porque se ha puesto en práctica una vez más lo que los psicólogos llaman el Locus de Control Externo.

Os cito lo que Isabel Ortuno, amiga y compañera de batallas, psicóloga de las mejores, me explica a mí para poder transmitiros:

“El locus de control externo significa que nada de lo que me pasa depende de mí, sino de las circunstancias… O sea, me lavo las manos y no asumo nada de nada porque, pobrecito de mí, que mira el panorama…”.

En resumen, que da igual las circunstancias que me rodean, que subo de peso por culpa de eso, y no porque yo no sé controlarme.

Este año las personas que ha subido peso representan un 53 % del total analizado, mientras que el año pasado eran un 60,5% los pacientes que aumentaban 1 kilo o más de peso corporal, y en 2019 eran un 56%.

De este 53%, más de la mitad son personas que ha aumentado más de 1 kilo, siendo el máximo este año en 5 kilos. El período de tiempo medido es igual al año pasado, 3 semanas.

El porcentaje de personas que han mantenido su peso y que, por tanto, han sabido muy bien equilibrar su alimentación, ha sido del 26.8%. Y casi el 20% ha bajado peso, siendo datos algo mejores en conjunto que en 2020, pero siguen siendo menos que los que suben peso.

Aquí os dejo la gráfica resumen de los totales.

 

Conclusiones

Habrá que esperar al año que viene para evaluar si la tendencia a controlar la alimentación va en aumento y no solo ha ocurrido esta mejora por las restricciones de reuniones que estaban vigentes en las fechas estudiadas de la navidad 20/21. Pero sí he percibido un cambio positivo en los pacientes que han bajado o mantenido peso, porque ninguno de ellos, repito NINGUNO, se ha sentido castigado durante la Navidad, ni ha sentido que su Navidad era peor.

Además, los pacientes que han subido menos de 1 kg también perciben mejora en sus hábitos, y describen esta Navidad como “mucho mejor, más contenida y equilibrada” que la pasada.

Sigue siendo importante el porcentaje de subida de más de 1 kg en 3 semanas y lo que se trabaja con estos pacientes es asumir la responsabilidad de sus actos, desde la comprensión y evitando juzgarse demasiado duros con ellos mismos. Al fin y al cabo, están en la consulta para aprender, solo que necesitan más ahínco y empeño para trabajar esa FUERZA DE VOLUNTAD que les hará más libres y empoderados con su alimentación.

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